Descripción
Durante buena parte del siglo xx Ryuunosuke Akutagawa ha sido para muchos el único escritor japonés de nombre conocido. Y no tanto por sus narraciones como por la película de Akira Kurosawa Rashoomon, de 1950, basada en dos de sus relatos, que recibió el León de Oro en el Festival de Venecia de 1951 y el Óscar Honorífico a la Mejor Película Extranjera.
Tanto su fama como narrador como su descuido en recopilar sus poemas, que quedaron inéditos a su muerte, propiciaron un cierto olvido respecto a su obra lírica, pese a la importancia que él siempre le dio. «¿Yo? No tengo otro hobby fuera del haiku.» llegó a afirmar.
En las ediciones de sus obras completas se han llegado a reunir más de mil haikus escritos por Akutagawa, de los que se recogen en este libro más de un centenar.
Su haijin preferido fue Bashoo, sobre el que escribió ensayos y una narración sobre su muerte.
Al igual que en sus cuentos, Akutagawa se inspira para sus haikus en la tradición y sigue sus normas, pero incorpora elementos de modernidad que enriquecen y actualizan el género antes de las innovaciones que propiciaría el siglo xx. Y la belleza de sus haikus es innegable.